Cerca de 100 mil mujeres nos reunimos en Brasilia, el 13 y 14 de agosto, en la ‘Marcha de las Margaritas’, considerada la más grande movilización de mujeres rurales de América Latina. El evento, organizado por primera vez en el 2000, se realiza cada cuatro años como una reivindicación por la defensa del campo y los derechos de las mujeres rurales.
La Marcha de las Margaritas, que busca fortalecer y ampliar la organización y movilización de las mujeres rurales y visibilizar su importante rol en la soberanía alimentaria, así como generar propuestas de políticas públicas, fue una experiencia alentadora para compartir nuestros pensamientos, fuerza, organización, esperanza, alegría y las luchas que hacemos diariamente por ser mujeres con falta de oportunidades. Esta marcha ha sido inspiradora para que todas asumamos más compromisos, ser beligerantes en la lucha por nuestros ideales, ser reconocidas y valorizadas en el trabajo que realizamos diariamente.
Ser parte de esta inmensa movilización nos deja un gran aprendizaje de organización, movilización y convocatoria impresionante. La unión con otras mujeres es esencial para organizarnos, luchar juntas, ejercer presión y ser más fuertes. Uno de los aprendizajes más importantes que me llevo es que si nos organizamos y luchamos juntas, lograremos estar en los espacios de toma de decisión y podremos ir transformando realidades. Todo esto es un aporte valioso para el trabajo de la Iniciativa Mujer Rural y Derechos a la Tierra que promovemos varias de las organizaciones miembro de la ILC ALC porque permitirá la alianza con otras organizaciones de la agricultura familiar y de mujeres para trabajar conjuntamente por los derechos de las mujeres rurales.
Entre los temas que se visibilizaron en la marcha y que se articulan con dicha Iniciativa están la defensa de la tierra y de las semillas, nuestro rol como guardianas de las montañas, los bosques y las aguas para el buen vivir, el fortalecimiento de nuestra participación política, la soberanía alimentaria, el acceso a la tierra para la mujeres, el desarrollo en las comunidades sin dañar el medioambiente y la agroecología, entre otros.
La Marcha también fue importante para escuchar las propuestas de políticas públicas de las mujeres trabajadoras del campo, tales como exigir más apoyo en los trabajos rurales, lograr paridad en los espacios de decisión o continuar con los procesos de formación política para la incidencia con el fin de construir una plataforma política para transformar las realidades.
En nuestra lucha, los hombres son y deben ser nuestros aliados para continuar avanzando por la libertad, la tierra, la reforma agraria y la violencia contra las mujeres. De ahí que la frase “cada vez que una mujer avanza ningún hombre retrocede” sonará en algunos momentos durante la marcha.
Encuentro Internacional de Mujeres
Asimismo, como parte de la Marcha, el 15 de agosto participamos en el Encuentro Internacional de Mujeres, organizado por la Secretaría de Políticas para Mujeres de CONTAG, COPROFAM, UITA, Foro Rural Mundial, PDRR y la ILC. En este espacio participamos más de 40 mujeres de 20 países de todo el mundo con el fin de crear una estrategia conjunta para ayudar a la implementación del Pilar 3 del Plan de Acción del Decenio para la Agricultura Familiar y el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5, ambos referidos a la equidad de género.
Algunas acciones que planteamos para hacer posible esa estrategia son el fomento de la producción agroecológica, trabajar con la juventud y niñez para el relevo generacional, construir nuevos conocimientos agrícolas o recuperar los saberes ancestrales. También es importante exigir que se cumpla la reforma agraria en los países donde ya existe Un reclamo importante que abordamos es que no puede haber agricultura familiar campesina si no hay tierra para producirla.
Más adelante, se publicará la Declaración de Intenciones donde se detallará esa estrategia y que servirá para incidir en los gobiernos. Nos queda construir una agenda de ideas-acciones mejor articuladas para continuar trabajando por el fortalecimiento de las mujeres y exigir a los partidos políticos las cuotas de participación de mujeres indígenas, así estas podrán promover leyes y asegurar planes de desarrollo con perspectiva de género.
Por otra parte, el Encuentro nos permitió conocer cómo mujeres de diferentes países estamos realizando luchas similares por defender la tierra, recuperar las semillas criollas y proteger la biodiversidad y la vida. Esto nos hace sentir fuertes para continuar nuestra lucha. También analizamos las formas de violencia, discriminación y exclusión que sufrimos alrededor del mundo. A las mujeres nos marca la lucha histórica por reivindicar nuestros derechos.
Dedicado especialmente a Todas las mujeres Indígenas campesinas del mundo.