La campaña regional "Asegurar los territorios indígenas para proteger la vida" pone en el centro de la atención la importancia de garantizar la seguridad jurídica de la tierra y los derechos al territorio de los pueblos indígenas.
Conversamos con Diocelinda Iza, lideresa indígena kichwa del pueblo panzaleo, para entender cómo garantizar la gobernanza de la tierra y el territorio de los pueblos indígenas es crucial en la protección de la biodiversidad y la respuesta al cambio climático. Diocelinda forma parte de la dirección colectiva del Movimiento Nacional de Mujeres de Sectores Populares Luna Creciente, y ha ocupado también la presidencia de la Organización de Mujeres Indígenas y Campesinas Sembrando Esperanza y del Movimiento Indígena de Cotopaxi.
Hoy en día, el cambio climático se alza como la principal amenaza para la salud de la humanidad y de nuestro planeta.
En la lucha para combatir de manera eficaz este fenómeno, los pueblos indígenas emergen como agentes clave al promover el desarrollo sostenible y preservar los bienes comunes.
“Ante las consecuencias del cambio climático que todos enfrentamos, los pueblos indígenas sentimos una profunda preocupación por mantener la armonía con la Madre Tierra. Nuestras luchas no se limitan únicamente a la defensa de nuestro territorios, sino que también se centran en la protección de la Madre Tierra ante diversas amenazas, como la tala de bosques y la explotación minera, entre otras. Debemos actuar ahora para proteger lo que queda y legar un mundo mejor a las próximas generaciones", cuenta Diocelinda.
Así, a través de sus valores y principios de vida como la reciprocidad, el equilibrio y el buen vivir, y de sus prácticas ancestrales sostenibles de gestión de los recursos naturales, los pueblos indígenas aseguran los bosques, el agua, las montañas y los humedales, que también brindan su sustento material y espiritual. En relación a esto, Diocelinda explica que “nosotros, al mantener la chacra andina, las plantas medicinales, los arbustos y plantas nativas, las semillas, también contribuimos al mantenimiento de la biodiversidad. Hacemos un aporte muy importante en este sentido”.
Pero la contribución de los pueblos indígenas va más allá de la gestión sostenible de los bienes comunes. Diocelinda enfatiza que también poseen prácticas tradicionales de inmenso valor para abordar los desafíos del cambio climático, tales como "la capacidad organizativa comunitaria territorial para educar y debatir los cambios que estamos experimentando, tomar decisiones en comunidad, en asambleas y reuniones para proteger la Pachamama y exigir a las autoridades que respeten los derechos de la Madre Naturaleza”.
Gracias a estos valores y conocimientos ancestrales, los territorios indígenas son considerados refugios de gran biodiversidad que desempeñan un papel crucial en la preservación del equilibrio ecológico de nuestro planeta y en la regulación del clima.
Además, diversas investigaciones demuestran que garantizar la gobernanza de la tierra centrada en las personas y asegurar los derechos a la tierra y al territorio de los pueblos indígenas representan una solución probada para hacer frente al cambio climático.
En este sentido, Diocelinda explica que "en los territorios indígenas existen tasas de deforestación más bajas, lo que contribuye significativamente a reducir el incremento de la temperatura y la agravación del cambio climático. Además, nuestros esfuerzos en la conservación de la biodiversidad fortalecen la resiliencia de los ecosistemas y les brindan mayores posibilidades de adaptación frente a las alteraciones ocasionadas por el cambio climático”.
“El compromiso de las comunidades indígenas en la preservación de sus territorios se traduce en una acción decidida en la lucha contra el cambio climático. Nuestro vínculo con la tierra y el cuidado de los ecosistemas son invaluables”, asegura Diocelinda. No obstante, los Estados aún no reconocen el papel fundamental de los pueblos indígenas en la protección de nuestro planeta, ni garantizan sus derechos a la tierra y al territorio. "Garantizar nuestros derechos a la tierra y al territorio es esencial no solo para proteger nuestras vidas, también para lograr sociedades más prósperas", añade.
Impacto del modelo extractivista en los pueblos indígenas y los sistemas agroalimentarios
Los impactos del modelo extractivista y neoliberal colocan a los pueblos indígenas en una situación de mayor vulnerabilidad frente al cambio climático. Diocelinda comenta que “este modelo ha tenido efectos perjudiciales en las comunidades indígenas y en la biodiversidad que alberga nuestros territorios. Nuestras fuentes de agua, los páramos y el suelo se ven afectados y son partes de una Tierra que está mostrando signos de fiebre, debilidad y enfermedad”.
"Los efectos del cambio climático se manifiestan en nuestra vida diaria, como la dificultad en la siembra, las heladas y los altos costos de la energía. También se refleja en la disminución de los precios de los productos agrícolas y el aumento de las zonas ganaderas en detrimento de la agricultura."
“No solo se está dañando a la Madre Tierra, sino que también se está privando a muchas familias campesinas de sus medios de vida y su conexión con la tierra. Muchas de estas familias incluso dejan de producir sus propios alimentos, y la contaminación que generan las actividades extractivas es irreversible", explica Diocelinda.
Esto es especialmente grave dado que en un contexto actual, donde el sistema agroalimentario predominante es una de las mayores causas de pérdida de biodiversidad, los pueblos indígenas contribuyen al logro de sistemas agroalimentarios más sostenibles, pues sus formas de producción -a diferencia de las del agronegocio- respetan el medio ambiente. “Mantener las chacras campesinas e indígenas asegura la alimentación de todo el país. El 70% de nuestros alimentos vienen de la pequeña producción diversificada y agroecológica, y son más saludables y sostenibles. Nosotros trabajamos por la recuperación de las sabiduría ancestrales para seguir produciendo orgánicamente”, expone Diocelinda.
"Las grandes empresas contaminan nuestras tierras y territorios, mientras que los pueblos indígenas salvaguardamos nuestros espacios en defensa de la Madre Tierra. Por lo tanto, instamos a la sociedad a la reflexión sobre sus acciones y su impacto en el cambio climático, buscando una mayor conciencia al respecto”, concluye Diocelinda.
CONOCE LA CAMPAÑA "ASEGURAR LOS TERRITORIOS INDÍGENAS PARA PROTEGER LA VIDA”