Con el apoyo de la Fundación Ford, miembros de la ILC LAC avanzan en la construcción de un ecosistema de datos centrado en las personas, combinando herramientas como LANDex y LandMark con metodologías cualitativas.
El proyecto busca visibilizar los avances, desafíos y tensiones en el reconocimiento de los derechos territoriales de Pueblos Indígenas y comunidades afrodescendientes, desde el Caribe colombiano hasta la Amazonía peruana.
A finales de 2024 se concretó un acuerdo con la Fundación Ford para adelantar la recolección de información sobre la situación y avances hacia una garantía de derechos territoriales en Colombia y Perú.
Para esto, el proyecto “Construyendo un ecosistema de datos en Colombia y Perú para avanzar en la gobernanza de la tierra centrada en personas” utiliza dos herramientas claves para la generación de evidencia de cara al trabajo de incidencia de la ILC como lo son LANDex y LandMark.
Por un lado, LANDex es el índice de monitoreo de gobernanza de la tierra desarrollado por la ILC que, a través del uso de metodologías participativas, pone a los y las expertas -académicos o vivenciales – en el centro de la generación de datos. De este modo, se pretende avanzar en la democratización del monitoreo de la gobernanza de la tierra y construir un ecosistema de datos que capture la complejidad de la gobernanza de la tierra desde distintas fuentes de datos y voces.
LandMark, por su parte, es la primera plataforma global interactiva en línea que provee información cartográfica sobre la localización de territorios en tenencia y uso de los Pueblos Indígenas y las comunidades globales a escala global.
Al combinar estas herramientas con instrumentos cualitativos, el proyecto busca construir narrativas y analizar los datos junto a representantes de Pueblos Indígenas y comunidades afrodescendientes.
Así, se podrán captar particularidades y contrastes entre lo nacional y lo local, identificar barreras en el acceso y brechas de información, y abrir la posibilidad de complementar y mejorar la calidad de los datos. Todo esto con el fin de fortalecer la legitimidad de la información ciudadana y aumentar su impacto en los procesos de incidencia.
Desde finales de 2024, el Instituto del Bien Común (IBC) y el Centro de Investigaciones Sociológicas, Económicas, Políticas y Antropológicas (Cisepa) de Perú, y el Observatorio de Territorios Étnicos y Campesinos (OTEC) de la Universidad Javeriana en Colombia, están adelantando la recolección de los indicadores de LANDex y la actualización de la pieza clave de la información disponible en LandMark, esto es: la ubicación, área y estado de reconocimiento legal de los territorios de comunidades locales y de Pueblos Indígenas reconocidos a escala nacional.
Además de esto, ambos equipos se encuentran haciendo trabajo de campo en dos subregiones de sus países, discutiendo los retos e impedimentos para un ejercicio pleno de la gobernanza de la tierra centrada en las personas que viven en y de ella.
El equipo peruano está trabajando con los Pueblos Indígenas que habitan la cuenca del río Colorado en la región de Madre de Dios y con las comunidades campesinas en Cuzco, que viven y resisten cerca del conocido Corredor Minero Sur.

Durante la visita a la Comunidad Campesina de Huancané Bajo, el equipo conoció, de la mano de la Federación Unificada de Campesinos de Espinara, los puquiales contaminados por los procesos de acaparamiento y reasentamiento de la gran minería.

El presidente de la Comunidad Nativa San José de Karene y su familia contándole al equipo sobre las experiencias de los comuneros con el crimen organizado en el territorio.
Por otra parte, el equipo de Colombia está trabajando con las comunidades afrodescendientes de la cuenca del río Atrato en el Chocó y en el corredor minero del Caribe, entre los departamentos del Cesar y la Guajira.

Si bien los indicadores de LANDex y la información cartográfica a escala nacional de LandMark es crucial para comprender el contexto nacional, hay una gran riqueza en los ejercicios de discusión subnacionales que se están adelantando: todos tienen en común que hay sobreposición de derechos mineros y comunitarios, con una consecuente amenaza a la autonomía y los derechos de las comunidades y Pueblos, dado que se enfrentan con el poder de grandes empresas, el Estado y, en algunos territorios, con economías ilícitas.
Hasta ahora, los equipos han avanzado en la fase nacional y han tenido una primera aproximación a campo, por lo que se espera que en el Foro Global de la Tierra 2025 se presenten los resultados de este innovador proyecto.