En diversos países de América Latina, como Guatemala, la juventud y las comunidades rurales se encuentran en crisis, las familias campesinas están siendo forzadas a abandonar el campo y migrar a Estados Unidos, sin saber los riesgos que esto implica. Esto pasa porque no tienen acceso a la tierra, a las semillas, al agua de manera común porque existe un proyecto extractivo o una plantación de monocultivo, como es el caso de las comunidades del Estor Izabal en el atlántico norte de Guatmala.
Las autoridades comunitarias evidencian que la ausencia de alternativas en las comunidades Chapín Abajo, Chinebal, Pataxte y Pombaaq del área sur de Estor Izabal en Guatemala, obligó a 30 jóvenes y jovencitas del pueblo maya q’eqchi’, a arriesgarlo todo y emprender el viaje para alcanzar el sueño americano.
Poco se conoce sobre la migración a Estados Unidos en estas comunidades recónditas, a más de 400 kilómetros de la ciudad de Guatemala, rodeadas por palma de aceite de la empresa Natura Aceites del empresario Juan Maegli Müller, dueño del emporio Grupo Tecun y cuya marca comercial de aceite es Capullo.
Para la población q’eqchi’ la migración siempre ha sido circular y dentro del territorio mesoamericano[1], no saben que los riesgo de migrar de manera irregular a Estados Unidos implica amenazas a su integridad física en todos los sentidos. Los accidentes como caídas del tren, automóviles o mordidas de ánimales hacen difícil o imposible que el o la migrante continúe su viaje.
Otro de los mayores riesgos para quien emigra, por la frecuencia con que ocurre, son las violaciones de los derechos humanos que se circunscriben a los abusos de los derechos civiles, así como los perjuicios y discriminación contra la integridad física y emocional de la persona.
Según el investigador Álvaro Caballeros en la actualidad el territorio q’eqchi’ en Guatemala experimenta una nueva disputa y tensión entre agricultores indígenas campesinos y empresas productoras de palma africana. En esta nueva agresión las empresas recurren a mecanismos legales de regulación de la tierra colonizada, compra, despojos y acaparamiento de parcelas. Esta nueva presión agraria es el principal factor expulsor de la nueva migración q’eqchi’ que prolonga una larga historia estrechamente vinculada con el territorio y la movilidad como forma de vida.
Según una autoridad comunitaria consultada el cultivo de palma “es como un fantasma, alto, grande, obscuro que se muestra por el territorio como un bosque donde no vive ni una sola mariposa, ni palomilla y los ríos siempre se encuentran contaminados”, es aquí donde los jóvenes y jovencitas tienen la única oportunidad de trabajo y de un supuesto desarrollo ya que a miles de campesinos se les arrebató la tierra y se volvieron mozos del dueño de natura aceites.
La expansión del cultivo de la palma de aceite (Elaeis guineensis) está generando un enorme impacto ambiental en las comunidades q’eqchi’, en Guatemala y a nivel mundial. Los daños pueden notarse en las grandes extensiones de tierras donde estas plantaciones están sustituyendo en un 40% a los bosques tropicales y en un 32% a los pastos naturales y las áreas de cultivo de grano básico.
El acceso a tierra para los jóvenes es vital para evitar la migración
Es por esto, que en organizaciones como la Unión Verapacense de Organizaciones Campesinas (UVOC), miembros de la International Land Coalition ( ILC)-, la juventud rural es un elemento vertebral de su agenda. Los jóvenes representan un alto porcentaje de la población rural y con frecuencia viven en situación de pobreza porque no cuentan con posibilidades para un buen vivir; ante esto en varias comunidades la organización fomenta prácticas de agricultura familiar, formación y acceso de la tierra en donde los jóvenes se involucran y considera que se debe concientizar a la gente de las ciudades respecto al valor de lo que se produce en el campo, lo que motivaría también a la juventud a quedarse.
La tierra es nuestra madre y la base de toda la producción de alimentos, de su cuidado dependen muchos otros derechos humanos y derechos de los campesinos y campesinas fundamentales, como el derecho a la alimentación, el derecho al trabajo y el derecho a ingresos y medios de vida dignos. Una de tantas razones por la que los jóvenes regresan a la tierra para cultivarla y volver a enamorarla.
El respeto de sus derechos de los pueblos indígenas es un eje central para construir un mundo justo y equitativo. Siendo así, UVOC considera que es necesario el reconocimiento de la cosmovisión de los pueblos indígenas y las comunidades locales para construir nuevas relaciones con la tierra , los territorios y nuestro planeta.
[1] Mesoamérica es la región cultural del continente americano que comprende la mitad meridional de México, los territorios de Guatemala, El Salvador, Belice, Honduras, el occidente de Nicaragua y Costa Rica.
Rony Morales es integrante de UVOC y representa a dicha organización en la Plataforma por la Defensa de la Tierra y el Territorio - ENI Guatemala. También participa en el Programa de becas de la ILC para futuros líderes y lideresas