De los conflictos socioambientales históricos que se han desarrollado en La Guajira, al norte de Colombia, y específicamente en el municipio de Fonseca, surge la idea de llevar a cabo un proceso formativo en el que organizaciones sociales, sus líderes y lideresas, como expertos del territorio, puedan aprehender saberes que les permitan mejorar la gobernanza de la tierra, desde un enfoque de derechos humanos y de género.
Esta iniciativa ha sido impulsada por la FAO y la Estrategia Colaborativa en Colombia por la Garantía de los Derechos a la Tierra y al Territorio (ENI-Colombia), esta última con la coordinación del CINEP/PPP.
Los retos impuestos por la COVID- 19 nos ha llevado a buscar nuevas formas de relacionarnos y compartir conocimientos. El proceso formativo impulsado con diversas organizaciones sociales -como las Juntas de Acción Comunal, los Consejos comunitarios Afrodescendientes y las asociaciones campesinas y organizaciones de población desplazada y víctimas del conflicto armado colombiano- en los municipios de Fonseca y Barrancas (Departamento de La Guajira) es un gran ejemplo de cómo idear, gestionar y desarrollar el compartir saberes.
Un proceso formativo sobre tierra desde la virtualidad
Esta formación busca la apropiación por parte de las comunidades de conceptos asociados a los derechos de tenencia de la tierra, la gobernanza en la tenencia, la tenencia consuetudinaria, los marcos normativos y las rutas para acceder a una tenencia reconocida legalmente, incluidas las acciones participativas orientadas al registro e identificación de los predios rurales.
Asimismo, busca la reflexión por parte de las comunidades sobre la importancia del reconocimiento de los derechos de las mujeres rurales y de sus relaciones de tenencia, así como la inclusión de sus demandas en los procesos de ordenamiento social y ambiental del territorio, y la importancia de su inclusión para los procesos de desarrollo de las comunidades en su conjunto. Esto en el marco del proceso de Ordenamiento Social de la Propiedad Rural impulsado actualmente en la zona por las entidades estatales.
Estos objetivos esperan ser alcanzados a través del desarrollo de nueve clases virtuales y dos encuentros presenciales, distribuidos en cuatro módulos temáticos. Para cada una de las clases el grupo de facilitación prepara un vídeo, un documento y la grabación de este texto que servirá a las personas para aproximarse al tema en cuestión y construir, semanalmente, una reflexión plasmada en un texto, una fotografía, una dibujo o una pieza audiovisual. También se realizará una sesión grupal virtual al terminar cada módulo.
Las tareas: una aproximación a los sentires y experiencias de quienes participan en el proceso
La inauguración del proceso se hizo de manera presencial, el 14 de noviembre, con el fin de conocer a las 26 personas que iniciaban el proceso de formación y, también, para promover la cercanía, compartir la metodología y resolver las dudas que se presentarán. Posteriormente, y hasta la fecha, se han desarrollado tres clases asociadas a las temáticas de derecho a la tierra y el territorio, derechos a la tierra para las mujeres, y Reforma Rural Integral del Acuerdo de Paz.
Respecto a las tareas entregadas elaboradas por los líderes y lideresas comunitarios, estas tienen distintos formatos, entre los que se encuentran las caricaturas, los cuentos, audios, fotografías y ensayos cortos, que han permitido a todas las personas involucradas una aproximación a las prácticas y los sentires vinculados a la tierra y el territorio.
Las reflexiones de las y los participantes dejan en claro que la formación debe darse desde la experiencia de vida y la visceralidad. También muestran que las temáticas, si son comprendidas, serán incorporadas en la realidad inmediata de las personas, su cotidianidad y la manera en la que se desenvuelven en sus territorios.
En el primer semestre de 2021 se desarrollará una experiencia similar en la Zona de Reserva Campesina de Montes de María. Una de las regiones priorizadas por la ENI Colombia para desarrollar su trabajo.