Entrevista a Lucía Cordero
Como secretaria de Juventud de COPROFAM e integrante de la la Red de Jóvenes de la ILC, Lucía Cordero González participó de la VIII Conferencia Global de Agricultura Familiar: Sostenibilidad de nuestro planeta, llevando la voz de las juventudes rurales de América Latina. Conversamos con ella para conocer su experiencia como agricultora en Uruguay, desde donde trabaja en favor de los derechos a la tierra y la soberanía alimentaria.
Lucía es hija y nieta de agricultoras y agricultores familiares. Pese a su corta edad, 28 años, cuenta con una significativa experiencia de participación en organizaciones de la agricultura familiar. En su adolescencia se unió al grupo de jóvenes que había al interior de la organización de base que integraban sus padres. Desde 2023 además participa de la secretaría de juventud de COPROFAM, a donde llegó como parte de la Comisión Nacional de Fomento Rural, una organización que trabaja en defensa de la agricultura familiar en Uruguay.
Con el deseo de desarrollar un proyecto productivo colectivo, junto con dos compañeras agricultoras formó el Colectivo Agroecológico Las Gurisas. Juntas se postularon a un programa del Instituto Nacional de Colonización (INC) llamado “Tierra para Jóvenes”, y lograron que la cooperativa agraria UCN N°1 les permitiera radicarse en la Colonia Instrucciones del Año XIII, en el paraje de Cololó, en el oeste de Uruguay. Allí viven desde el año 2020. Tienen una hectárea en la que realizan horticultura agroecológica, produciendo diversas hortalizas frescas, a partir de las cuales luego hacen conservas, mermeladas y salsas. También se ocupan de reproducir y conservar semillas criollas, como forma de aportar a la seguridad alimentaria de las personas en el territorio.
¿Cuál es el rol de las juventudes en el desarrollo de la agricultura familiar y la sostenibilidad del planeta?
Las juventudes y las mujeres tenemos un rol fundamental en la resistencia de la agricultura familiar en el medio rural y especialmente en la producción de alimentos para la soberanía alimentaria, desde nuestro aporte en el quehacer cotidiano y cuidado de la vida; rol que muchas veces resulta invisibilizado.
Desde nuestro lugar apostamos a la agroecología como forma de vida que contribuye a la transformación de la realidad de los territorios que habitamos.
Somos parte activa del sector rural, estamos pensando en temas centrales como son el cuidado del ambiente, las medidas para la mitigación del cambio climático.
Entonces creo que la estabilidad y permanencia de las juventudes rurales en la tierra es estratégica para garantizar el futuro de la agricultura familiar, campesina e indígena.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan hoy las juventudes rurales?
El desafío del acceso a la tierra en términos de propiedad y titularidad de la tierra es claro, pero también hay desafíos para la permanencia.
Las juventudes rurales enfrentan dificultades en el acceso a créditos para la producción, al acceso a la educación, a la cultura y a la recreación entre muchas otras.
Si entendemos que la tierra no es sólo un medio de producción sino un medio de vida, es necesario pensar entonces no sólo en el acceso a los recursos productivos -que son muy importantes-, sino en otro tipo de condiciones que hacen a la calidad de vida y que favorecen que las juventudes podamos permanecer en la tierra y vivir dignamente.
¿Qué dificultades identificas a la hora de abordar las problemáticas de las juventudes rurales?
Por un lado, se habla de juventudes como si fueran una cosa unívoca. Y yo creo que cuando hablamos de juventudes de la agricultura familiar, campesina e indígena en América Latina, hablamos de algo muy heterogéneo, que en cada lugar y en cada situación tiene sus particularidades. No pensar en su diversidad conlleva dificultades.
Y por otro lado, muchas veces cuando se piensa el tema de las juventudes se piensa que es un tema de futuro, y en realidad es un tema del presente.
Hoy las y los jóvenes estamos en la tierra, hoy estamos trabajando, hoy estamos discutiendo. Y necesitamos que se piense en la juventud como un actor estratégico que puede aportar no solo en temáticas propias a nivel generacional, sino que también nos tengan en cuenta en los debates sobre otros temas, y así lograr una participación real.
En ese sentido, creo que las juventudes debemos formarnos, organizarnos, participar y debatir, y así poder llegar a espacios como la Conferencia Global de Agricultura Familiar con posturas claras, consensuadas y con propuestas concretas que se puedan implementar.
Tenemos que potenciar nuestras experiencias desde el intercambio y construir de manera colectiva.
SOBRE EL EVENTO
La VIII Conferencia Global de Agricultura Familiar se celebró en el mes de marzo y reunió cerca de 200 participantes de más de 55 países para debatir sobre los diversos, complejos e interconectados desafíos que enfrenta la agricultura familiar en el mundo y las propuestas para asegurar la sostenibilidad -económica, social y ambiental- del planeta.