Un centenar de jóvenes nos encontramos en el Foro Global de la Tierra de Juventudes (GLFY) en Jordania. Durante tres jornadas pudimos compartir sobre nuestros retos y problemáticas, y avanzar en una agenda común que nos permita construir un futuro justo, en el que los derechos a la tierra de todas y todos sean reconocidos, asegurados y respetados.
Del 21 al 23 de mayo del presente año tuve la oportunidad de ser uno de los 100 jóvenes que pudimos ser parte del GLFY 2022, el primer evento de este tipo organizado por la International Land Coalition (ILC) para que jóvenes de todo el mundo nos encontremos para compartir experiencias y discutir propuestas en torno a los derechos a la tierra. Participé de este foro representando a la Unión Verapacense de Organizaciones Campesinas (UVOC), a la cual pertenezco, y como becario del Programa de Jóvenes Líderes de la ILC.

La Reserva Forestal de Ajloun, en el norte de Jordania, con su bosque húmedo, mañanas frías y vientos fuertes, nos abrió las puertas para llevar a cabo el encuentro, durante el cual nos enfocamos en comprender mejor los complejos vínculos entre sistemas alimentarios, pobreza, desigualdad, territorios y democracia, y en planificar acciones conjuntas para la gobernanza de la tierra centrada en las personas.
Reunidos, las y los jóvenes platicamos sobre cómo muchas veces somos vistos en el mundo rural como vulnerables y faltos de certezas. Esta mirada ha imposibilitado pensar en estrategias que puedan aprovechar nuestras fortalezas y potencialidades en una agenda de transformación. Este evento sirvió para romper con varios estereotipos y permitió consolidar una red que integra el trabajo de la juventud rural en torno a la tierra.

Grupo de participantes del Foro. Fotografía: Rony Morales.
A través de diversos relatos y experiencias de nuestras tierras y territorios, las juventudes hablamos de la justicia de género, de cómo observamos la gobernanza de la tierra, los sistemas agroalimentarios, el trabajo, la educación y la migración que nos afecta en diferentes dimensiones. Abordamos la construcción de una red global de jóvenes y cómo desde estos espacios se puede construir la paz, promover la lucha fuerte por la defensa de las personas desprotegidas y lograr que nuestra voz pueda llegar a otras esferas y a quienes dirigen la ILC.
Desde mi lugar, como becario del programa de la ILC antes mencionado, e integrante del Movimiento Juventudes Rurales de ALC. Somos tierra y territorio[1] que promueve la ILC LAC, compartí cómo viven los pobladores en las comunidades donde trabajamos con UVOC, cómo se articula el trabajo en torno a la defensa del territorio, la agroecología y los Derechos Humanos de las personas defensoras de la tierra y el territorio, así como los desafíos de las luchas campesinas y la criminalización que se vive. Aporté mi granito de arena dando a conocer el proceso que llevamos como becarios y cómo se vincula con nuestra organización campesina e indígena en Guatemala.
La beca, así como el proceso de formación que significó la escuela de donde surge el movimiento de juventudes LAC, nos han ayudado a comprender mejor cómo llevar adelante nuestros proyectos a implementar en las comunidades campesinas, y a la construcción de una agenda de trabajo rural latinoamericana.
Conozca más del movimiento Juventudes Rurales LAC Somos Tierra y Territorio
Durante el foro tuvimos la oportunidad de escuchar exposiciones de las y los becarios, en las cuales compartieron su perspectiva y experiencia en este programa destinado a jóvenes líderes de la ILC.
Una de las expositoras fue Kantuta Conde, de Bolivia. Ella habló sobre las juventudes indígenas y la necesidad del reconocimiento de los derechos ancestrales y territoriales de los pueblos indígenas, custodios de los territorios biodiversos, cuyo resguardo es fundamental para el planeta y la humanidad.

Kantuta Conde, boliviana, durante su intervención en el Foro Global de la Tierra de Juventudes (GLFY) en Jordania. Fotografía: Rony Morales
Agustín Fantino, líder de la Federación Agraria Argentina, también compartió su experiencia, y destacó la importancia de espacios como la beca de jóvenes líderes y el GLFY. Agustín, integrante junto con Kantuta y los demás jóvenes de la delegación LAC del Movimiento de Juventudes Rurales Somos Tierra y Territorio, señaló que en tanto la lucha no es regional o local, sino global, la mejor forma de multiplicar lo aprendido es compartiendo estos nuevos conocimientos y experiencias con nuestras organizaciones y con las juventudes de nuestras comunidades, que día tras día luchan por el acceso y la permanencia en sus tierras.

El argentino Agustín Fantino, durante su intervención en GLFY. Fotografía: Rony Morales
“Nosotros vemos en los jóvenes el legado de nuestros antepasados, vemos la necesidad de que los jóvenes puedan asentarse en el medio rural para producir, desarrollarse de manera cooperativa y conjunta para que nucleados en un espacio común puedan brindar alimentos y soluciones. Pero también para que puedan lograr los medios para una vida digna en la zona rural y de esta manera poder volver a hacer a la Argentina el granero del mundo. Entonces sí, desde la perspectiva de la agricultura familiar consideramos que es indispensable que existan políticas públicas para la permanencia de los agricultores familiares en el medio rural”, concluyó Fantino.
Otro de los becarios que expuso fue Mohsin Khan, compañero de la India, quien dio cuenta de los retos de las y los jóvenes rurales en el acceso a la tierra y la estabilidad en sus territorios, dado que muchas veces no se ve que la problemática del acceso a la tierra perjudica su arraigo dentro del territorio y genera migración. Mohsin lleva adelante el Go Rurban Camp, una acción que busca apoyar a las juventudes rurales para que no salgan de sus territorios.
100 jóvenes y una declaración para hacer frente a nuestras problemáticas
Al cierre del foro, presentamos la Declaración de las y los jóvenes, la cual contiene aportes realizados durante la plenaria. Titulada “Definiendo un futuro con derechos seguros a la tierra para la juventud”, la declaración inicia así:
“Nosotros, las y los jóvenes activistas por el derecho a la tierra, reunidos con el apoyo y la facilitación de la Coalición Internacional por el Acceso a la Tierra (ILC) en Jordania del 21 al 23 de mayo de 2022, unimos nuestras voces y esfuerzos para comprometernos a buscar soluciones conjuntas a los problemas que enfrenta la juventud en toda su diversidad y en el mundo, en cuanto a la propiedad, el acceso, el gobierno y la administración de la tierra”.
LEA LA DECLARACIÓN DE LAS Y LOS JÓVENES EN EL GLFY

Participantes del Foro Global de la Tierra de Juventudes en Jordania. Fotografía: Rony Morales.
La ausencia de voluntad política en la creación e implementación de leyes en favor de las juventudes rurales y los obstáculos a la libertad de asociación y reunión, llevan a las juventudes a ser excluidas en los procesos de toma de decisión (especialmente de las mujeres), marginándolas del liderazgo, y dificultando el acceso, control y gestión de la tierra y los recursos.
Entre las problemáticas que compartimos se encuentran la inseguridad colectiva e individual de la tenencia de la tierra, y la crisis climática que nos hace más vulnerables, contribuyendo a la migración y el desencanto.
Especialmente en las zonas rurales, nos enfrentamos a la pobreza, discriminación, violencia sociocultural y desprotección de las tierras comunitarias. Jóvenes de pueblos indígenas, afrodescendientes, campesinos y comunidades locales somos objeto de desplazamiento forzado y abuso por parte de las industrias extractivas a gran escala y explotación de los recursos naturales, con un impacto adverso y desproporcionado sobre las mujeres.
Las y los jóvenes activistas que defendemos nuestras tierras y territorios estamos sujetos a persecución, discriminación, racismo, acoso, tortura, desaparición, siendo privados de nuestros derechos a la tierra. En ocasiones, incluso es la muerte el destino fatal de quienes luchan por los derechos a la tierra y el medio ambiente.
La creciente desigualdad e injusticia en el mundo limita el acceso de la juventud a la tierra y recursos naturales, así como a activos productivos y recursos financieros, lo que inhibe nuestra capacidad para participar en la agricultura, la innovación y la restauración de ecosistemas.
Las juventudes, fortalecidas tras el GLFY
Los días vividos en el foro nos permitieron también conocer un poco sobre Jordania y su gente, un país con mucha historia, tradiciones, costumbres, lucha campesina y resistencia pacífica, que nos han dejado innumerables enseñanzas.

Visita de campo a una granja de cabras, Jordania. Fotografía: Rony Morales.
Las juventudes regresamos a nuestras comunidades fortalecidas y con un compromiso renovado para crear un futuro justo para todas y todos, un mundo en el que se respeten los derechos a la tierra de jóvenes, mujeres, pueblos indígenas, afrodescendientes, pastores, pescadores, agricultores familiares, campesinos, personas sin tierra y comunidades indígenas.
Después de 37 horas de vuelo y seis horas de camino en autobús, toqué el suelo mojado de mi territorio. Al rostro me llegaba la brisa que deja la neblina y la lluvia acompañó mi regreso. Solo me quedaban las ganas de ver y sentir las mejores energías de mis seres queridos, ver el cultivo de maíz, frijol, el bosque de pino y ciprés, y las ganas de empezar a socializar y multiplicar lo aprendido en Jordania.
[1] Este movimiento tuvo su origen en la Escuela Juventudes Tierra y Territorio, una iniciativa de la ILC LAC implementada por la Corporación para el Desarrollo Solidario (CDS) de Colombia, y el movimiento de jóvenes profesionales por el desarrollo agrícola YPARD. La Escuela se implementó en el marco de la Estrategia Regional Liderazgo juvenil para la gobernanza de la tierra y los territorios en LAC, en diálogo con organizaciones nacionales y regionales miembros y no miembros de ILC.