La International Land Coalition expresa su preocupación ante el trágico asesinato de la líder indígena Lesbia Yaneth Urquía Urquía y se une al homenaje rendido por el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), agrupación que trabaja en la defensa de los derechos indígenas, al cual ella pertenecía.
Lesbia Yaneth, 49, madre de tres, fue encontrada sin vida el 7 de julio en un basurero en la municipalidad de Marcala, La Paz. COPINH la describe como una « destacada lideresa comunitaria» y una «ferviente defensora de los derechos de las comunidades y opositora del concesionamiento y privatización de los ríos en el departamento de La Paz» y califica su muerte como un «feminicidio político».
Esta muerte se suma a la horrorosa cadena de asesinatos de defensores ambientales y de la tierra en Honduras. Cuatro meses atrás la lideresa indígena y cofundadora del COPINH Berta Cáceres fue encontrada muerta después de haber denunciado recibir amenazas de muerte para que detenga las protestas contra la represa Agua Zarca en las tierras ancestrales de su pueblo Lenca. Similar a su compañera activista Berta, Lesbia era una valiente líder que abogaba por el respeto a los bienes comunes y una activista franca contra los proyectos hidroeléctricos de la región La Paz, particularmente de la represa Aurora I.
Dos semanas después del asesinato de Cáceres otro líder regional de COPINH, Nelson García, fue asesinado con varios disparos, mientras se dirigía a casa luego de participar en una protesta contra el desalojo forzado de cientos de familias. De acuerdo con el miembro de la ILC Global Witness, con 111 activistas asesinados entre el 2002 y el 2014, Honduras es el país más peligroso para los defensores/as de derechos de la tierra y del ambiente.
Se conoce que un total de 185 personas han sido asesinadas en el 2015 a nivel mundial por defender sus tierras, bosques y ríos en contra de las industrias que operan afectando el medio ambiente y los recursos naturales, de acuerdo al último reporte de Global Witness “On Dangerous Ground”. Esto, de lejos representa el mayor número de muertes anuales registradas, con un 59% de incremento desde el 2014. Alrededor del 40% de las víctimas eran de grupos indígenas.
El asesinato de Lesbia y de tantos otros pobladores indígenas a nivel mundial son un atropello a los derechos fundamentales de las personas y, en particular, vulneran directamente los derechos de los pueblos indígenas, todos ellos protegidos por normas internacionales de derechos humanos. En la ILC reconocemos que los conocimientos y la cultura de los pueblos indígenas son fundamentales para el desarrollo sustentable y equitativo, y para la gestión apropiada del medio ambiente.
Rendimos homenaje a la valentía y compromiso de Lesbia y extendemos nuestras condolencias a su familia, al COPINH y a todos nuestros compañeros y compañeras en Honduras. Honraremos su legado al igual que el de Berta, Nelson y el de todos los defensores/as de los derechos de la tierra y de los recursos naturales alrededor del mundo, a través del apoyo constante de la ILC en el resguardo de los derechos territoriales de los Pueblos Indígenas, en la protección de los defensores/as de la tierra y en el respeto por sus derechos civiles y políticos.