Con el apoyo de la Iniciativa Mujer Rural y Derecho a la Tierra, del 27 de abril al 31 de mayo se llevó a cabo la segunda versión de Mujeres al Poder, la Escuela Feminista para la participación e incidencia política y pública organizada por la Fundación Heinrich Böll en Colombia.
La Iniciativa Mujer Rural y Derecho a la tierra tiene entre sus principales objetivos el aumento de la participación de las mujeres rurales, campesinas, indígenas, afrodescendientes y de frontera urbano-rural en los espacios de toma de decisiones nacionales, regionales y comunitarios y la protección contra todas las formas de violencia y discriminación. En este marco se realiza la alianza con la Fundación Heinrich Böll, organización alemana en Colombia cuyo objetivo central es el fortalecimiento de la democracia en los países en los que hace presencia. En aras de dicho fortalecimiento la Fundación ha liderado la Escuela Feminista “Mujeres al Poder”, en la que participaron 160 mujeres lideresas, defensoras de derechos humanos,de la tierra y el territorio y representantes en cargos públicos.
La Escuela Feminista nace como una herramienta para mujeres en Colombia sin distinción de clase, raza, edad o territorio para lograr cumplir sus sueños de transformación de las realidades territoriales y, de alguna manera, romper los múltiples techos de cristal con los que se encuentran.
Laura Villamizar, coordinadora de la Escuela, lo expresa de la siguiente manera: “siempre me pareció increíble que muchas mujeres con demasiado talento no llegaban a los espacios de incidencia, no había esa fortaleza para hacer cosas. Normalmente son espacios muy masculinos y si llegaban, llegaban mujeres con apellidos, mujeres bogotanas, de clase media alta. Para mí, la idea de Mujeres al poder es una respuesta para todas las mujeres, en las que me incluyo, que somos poderosas pero que no tenemos el mismo acceso a las oportunidades que tienen las mujeres que pueden llegar al poder y los hombres que normalmente siempre llegan a estos espacios, mientras nosotras no.”
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La Iniciativa Mujer Rural y Derecho a la Tierra ha aportado a la Escuela Feminista a través del plan de acción Colombia, impulsado por el Centro de Investigación y Educación Popular – Cinep. Este plan está centrado en el fortalecimiento de las capacidades de las mujeres rurales, campesinas, indígenas y afrocolombianas para abordar los temas de violencias basadas en género en sus comunidades y la implementación de rutas comunitarias de prevención y protección. La alianza entre la Iniciativa y la Fundación continúa y se está consideran para siguientes ediciones de la Escuela el intercambio de experiencias con mujeres latinoamericanas y la formación en herramientas internacionales de defensa de sus derechos.
La Escuela Feminista estaba pensada inicialmente para ser presencial, pero debido a la emergencia en el país por la pandemia del Covid-19, rápidamente tuvo que adaptarse y volcar el proceso a una plataforma virtual, que aportó la Maestría en Paz, Desarrollo y Ciudadanía de la Universidad Minuto de Dios. Tuvo una intensidad horaria de 43 horas de talleres exclusivos con profesoras y profesores expertos en diversidad de temas: diseño de políticas públicas e incidencia en temas económicos, ambientales, Planes de Ordenamiento Territorial, construcción de paz y feminismos, estrategias de incidencia política a través de metodologías de comunicación política, estrategia digital, análisis de discurso, negociación y fortalecimiento organizacional.
En este contexto, para Laura Villamizar, uno de los temas más duros fue enfrentarse a la desigualdad. Al cambiar la metodología pensada al ámbito virtual, tuvieron que enfrentarse con varios obstáculos propios de las dinámicas rurales y otros, producto de la precariedad en conectividad a internet que persiste en el país. “Había una mujer que bajaba al pueblo para tomar las clases desde la emisora, pero muchas otras no tuvieron la posibilidad de hacerlo y nosotros no podíamos garantizar el acceso a internet”, afirma. A pesar de esto, la escuela siguió adelante. Se presentaron 500 mujeres a la convocatoria y de las 160 mujeres que iniciaron, 90 participaron en todo el proceso hasta el final.
Para Jemina Chica, gobernadora suplente indígena Zenú del cabildo Tierra Santa en Córdoba y parte del Grupo por la Defensa de la Tierra y el Territorio en Córdoba, uno de sus mayores aprendizajes tiene que ver con ampliar su comprensión sobre la construcción de paz: “que la construcción de paz va también del lado feminista, qué estamos haciendo nosotras como mujeres en nuestras comunidades. Aprender sobre lo territorial, sobre el territorio, conocer que todavía en Colombia no sabemos cuántos baldíos hay aún. Fue cómo la profesora nos enseñó cosas que quizás vemos en seis meses en una universidad, y ellos trataron de hacerlo con ese esfuerzo, con ese valor de que uno pudiera entender la forma en cómo lo manejamos, en cómo lo trabajamos.”
Tras haber finalizado la etapa de sesiones virtuales, las mujeres participantes se encuentran realizando sus propuestas de planes de acción territorial a partir de lo aprendido en la Escuela. Rosa Ruiz, una de las fundadoras de la Red de Mujeres Afrocolombianas Kambirí, quien participó desde Itsmina (pacífico rural colombiano), cuenta que su plan de acción está asociado a la producción de artesanías, una actividad de las mujeres rurales que no es muy reconocida cuando se habla de su trabajo productivo. Desde su plan de acción Rosa aportaría tanto a los procesos de autonomía económica como a la generación de espacios de diálogo con otras mujeres sobre la defensa de sus derechos: “Estamos desarrollando un proyecto con el Ministerio de Agricultura de artesanías. Estamos trabajando desde las casas, unas más que otras, hacemos cositas. Pendiente que se acabe esta pandemia para reencontrarnos y poner esta empresa en forma. Ese ha sido mi mayor anhelo desde que conocí este proceso de mujer, yo en una época cuando me enamoré del proceso fui muy maltratada y ahora yo me pongo en los zapatos de las que no tienen los conocimientos, que gracias a muchas organizaciones tengo yo hoy, entonces quiero darle todo ese aprendizaje a mis compañeras”.
Constanza Fletcher, docente del módulo de violencias basadas en género comparte un poco de su reflexión sobre su aprendizaje en la Escuela: “ellas permanentemente aprenden a través de sus propios ejercicios, de su propia vida, estoy convencida que el patriarcado va tras la acción colectiva de las mujeres, es muy cierto que esa lógica de competir, sentir envidia, tratar de tumbar a la otra es algo que todas conocemos y lo comentamos. ¿Cómo rompemos una de esas bases del patriarcado que justamente es separarnos, rompernos?, el aprendizaje con ellas es esto, que juntas hacemos muchas cosas más y podemos hacer esa transformación y la necesidad es de hacer este tipo de ejercicios. Ellas lo piden, lo buscan, algunas lo necesitan, deberían ser espacios más permanentes.”