Las mujeres rurales son habitualmente objeto de diferentes formas de violencia y discriminación por motivos de género, etnia y/o situación socioeconómica. Pocas logran participar en los espacios de toma de decisión y, a pesar del papel crucial que tienen en la agricultura y la seguridad alimentaria, poseen y manejan menos tierra que los hombres. Además, son particularmente vulnerables a los impactos del extractivismo y el cambio climático.
Frente a este complejo escenario, la plataforma regional Mujer Rural y Derecho a la Tierra, integrada por 29 organizaciones con presencia en 14 países , trabaja en favor de los derechos a la tierra y al territorio con justicia de género.
A través de sus esfuerzos, visibiliza problemáticas y estrategias, promueve la incidencia política, genera evidencia, facilita el interaprendizaje entre colectivos de mujeres y fortalece procesos organizativos, contribuyendo a los objetivos de la Agenda 2030 de desarrollo sostenible para que nadie se quede atrás.
Incidencia efectiva por los derechos a la tierra de las mujeres
La modificación de la ley que rige a las comunidades en Perú para que se incluya a las mujeres en las directivas comunales es un claro ejemplo de lo que las mujeres organizadas pueden lograr. La plataforma, junto con la Plataforma para al Gobernanza de la tierra de ese país, impulsó la reforma del Artículo 19 de la Ley de Comunidades Campesinas para asegurar que al menos el 30% de integrantes de sus directivas sean mujeres, fortaleciendo así su rol en la toma de decisiones a nivel comunal. Ambas plataformas contribuyeron además a la formulación de un Protocolo de Protección de Defensores de Derechos Humanos, y a la creación del Registro de Defensores para la protección de las poblaciones indígenas y campesinas.
Otro ejemplo son los esfuerzos de Espacio Feminista en Bonito, Brasil, en donde se logró la titulación de casi 480 familias, con más del 70% de títulos entregados a mujeres, ya sea como única propietaria o primera titular en caso de titulación conjunta. El trabajo inició años atrás con un estudio que evidenció la situación de vulnerabilidad y el alto grado de inseguridad de los derechos a la tierra de las mujeres en dicha localidad. Tras los hallazgos, se impulsó un proceso de empoderamiento para fortalecer sus conocimientos sobre su situación jurídica en torno a la tierra, así como sus capacidades para incidir por sus derechos teniendo en cuenta el marco que plantean los ODS. Ello permitió a las mujeres participar activamente en un espacio de diálogo con el gobierno local, del cual surge el Proyecto de Regularización del Suelo Urbano (REURB) que da lugar al proceso de titulación.
Información producida para y con las mujeres
De otro lado, se ha logrado visibilizar y construir una perspectiva regional sobre la situación de las mujeres que habitan el mundo rural a través de la generación de datos y conocimientos que permite hacer frente a la carencia de información e informar a diversos actores. Un aspecto valioso es que esta producción no sólo incorpora la perspectiva de las mujeres, sino que en muchos casos son ellas mismas quienes producen información para dar cuenta de su situación. De esta forma las mujeres pasan a ubicarse en el centro de las prácticas y reflexiones.
En este marco, se han producido una serie de 13 informes país sobre la situación de las mujeres rurales, indígenas, campesinas, afrodescendientes, y rurales-urbanas en Latinoamérica. Los informes -producidos en asocio con la plataforma regional Tierra y ODS- incluyen datos oficiales, información sobre políticas e institucionalidad, acciones que llevan adelante las organizaciones y grupos de mujeres para proteger sus derechos en el mundo rural, así como recomendaciones a gobiernos, medios de comunicación y sociedad civil.
Asimismo, se ha llamado la atención sobre las problemáticas a las que se enfrentan las mujeres ante instancias centrales como la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) o el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) a través de la generación de más de seis informes alternativos, lográndose que dichos espacios recojan las recomendaciones planteadas.
Sus voces en la arena internacional
Otro de los hitos importantes ha sido el llevar la voz de las mujeres a espacios de incidencia internacional como Beijing+25, en donde se ha aportado con reportes de construcción colectiva sobre las mujeres rurales teniendo en cuenta este y otros procesos críticos como los ODS, las Directrices Voluntarias de la Gobernanza de la Tierra y la Declaración de los Derechos del Campesinado, contribuyendo a que el tema del acceso equitativo a la tierra sea parte de las prioridades.
Son muchos los desafíos, pero para construir un futuro sostenible y justo, la igualdad de género no puede seguir siendo una cuenta pendiente. Las mujeres rurales en América Latina y el Caribe lo saben, y avanzan con pasos firmes para alcanzarla.
En el marco del Día Internacional de la Mujer 2022, una fecha que busca destacar la lucha por la igualdad, la participación y el empoderamiento de las mujeres, repasamos en esta nota el enorme trabajo que lleva adelante la Plataforma Regional “Mujer Rural y Derecho a la Tierra”.