El proyecto DAKI-Semiárido Vivo puso en marcha el 2º Programa Formación en Agricultura Resiliente al Clima (ARC): Intercambio Regional Gran Chaco Americano y la Iniciativa Tierra y ODS es parte.
Después de dos años de ejecución y todo un proceso regional de sistematización de experiencias y formación en capacidades para la agricultura resiliente al clima, el Programa se está llevando a cabo nuevamente este año. En Argentina se realizó del 27 de junio al 5 de julio, en El Salvador del 17 al 29 de julio y en Brasil se desplegará en tres lugares: en Ceará del 09 a 22 de julio, en Río Grande do Norte 30 de julio al 12 de agosto y en Bahía, del 20 de agosto al 02 de septiembre.
Esta iniciativa, continuidad del primer Programa de Formación en ARC, propone un intercambio internacional de experiencias, buscando la formación de técnicos y técnicas, agricultores y agricultoras de referencia sobre análisis de la ARC, crisis climática, y Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS).
El 1º Programa de Formación en Agricultura Resiliente al Clima, realizado en 2022, contó con la participación de casi mil personas y se desarrolló en un formato híbrido, con clases y actividades virtuales y con encuentros presenciales en comunidades y territorios.
Ahora, Gran Chaco Americano, Semiárido brasileño y Corredor Seco Centroamericano realizarán el mismo proceso en sus territorios, enriqueciendo la visión regional del aprendizaje y brindando una verdadera acción integrada de Cooperación Sur-Sur y Gestión del Conocimiento.
De ese modo, un grupo de cada región participará en los recorridos de las otras, añadiendo la visión regional y el intercambio internacional de experiencias.
Esther Martins, facilitadora de la Plataforma Semiáridos de América Latina -que promueve la ILC LAC - y parte de DAKI-Semiárido Vivo, detalla que esta segunda edición del programa se focaliza en lo que ocurre en el territorio: “Un espacio para profundizar y ampliar los conocimientos sobre las innovaciones y prácticas producidas por los agricultores y agricultoras, las comunidades, los pueblos originarios, los técnicos y técnicas y las instituciones”.
El encuentro presencial, se espera, permitirá por un lado que agricultores/as conozcan otros espacios y vuelvan a sus comunidades con aprendizajes nuevos, y al mismo tiempo construirá un proceso de reconocimiento de la propia realidad y la realidad del otro, “un espejo muy único, que hace la diferencia”. Esta segunda edición tiene como novedad que serán todos intercambios internacionales.
“Estar en terreno, escuchar a la gente que ahí produce y vive, pero también tener una mirada desde afuera, de otros espacios hermanos, de otros territorios semiáridos, nos da siempre una oportunidad de buscar desafíos y potencialidades semejantes o muy diferentes. Eso trae una riqueza muy fuerte también", observa Esther.
Este año, se suma al programa la plataforma regional Tierra y ODS, sumando así la perspectiva de los ODS en el diseño del intercambio, donde las y los estudiantes podrán participar de metodologías participativas, debates y conocer en terreno experiencias en ARC.
Esta instancia va a contribuir con la consecución de varios ODS con los que trabaja la plataforma, entre los que se encuentran el ODS n° 1, “poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo”; el n° 4, “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” (particularmente los indicadores 4.4, 4.5 y 4.7) y el n° 5, “lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”.
Sobre el diseño en sintonía con los ODS, Esther explica que “el proyecto DAKI es una iniciativa de tres organizaciones sociales en consorcio que ya trabajan los Objetivos de Desarrollo Sostenible, buscando integrarlas a sus acciones, pero además, es un proyecto financiado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), agencia de las Naciones Unidas”. Al repasar las iniciativas de la agricultura familiar, campesina, pueblos indígenas y las organizaciones sociales de investigación y técnicas, identificaron que ya hacen muchísimas actividades y acciones que promueven los ODS, por lo cual se propusieron fortalecer la tarea de sistematización, ayudando a “identificar cómo esas buenas prácticas ya dialogan con los ODS” detalla Esther.
Es un proceso que piensan como una “traducción” para unir el contenido que presentan las Naciones Unidas con las experiencias de las y los agricultores, buscando que se apropien de las herramientas de los ODS, pudiendo identificar cómo los semiáridos de América Latina ya contribuyen a esos objetivos.
Por su parte, desde la plataforma regional Tierra y ODS recalcan la importancia de generar este tipo de espacios de formación, destinados no solamente para técnicos/as, y donde se compartan conocimientos desde los territorios.
Esther asegura: “Estamos totalmente convencidos de que el conocimiento de las comunidades campesinas y de los pueblos originarios son de extrema importancia y que el intercambio entre ellos es una herramienta potente para consolidar formas más sostenibles de vivir y producir. Crear más espacios para ese intercambio trae diversas potencias a los procesos locales”.
Conoce más del intercambio internacional realizado en Argentina
* Esta nota es una versión editada de la nota publicada originalmente por la plataforma regional Tierra y ODS y que se encuentra disponible aquí: http://tierrayods.org/ods-resiliencia-climatica/