Colombia dio recientemente un paso que muchos y muchas jóvenes rurales esperaban desde hace años: la aprobación de la Ley 2539 de 2025.
Esta norma reconoce por primera vez a las juventudes del campo —campesinas, indígenas, afrodescendientes, palenqueras, raizales y de otros pueblos— como protagonistas del desarrollo agrario y de la vida en los territorios. Muy pocas leyes en el mundo han llegado tan lejos: integrar explícitamente a las juventudes en un sistema nacional de tierra.
¿De qué trata esta ley?
La ley garantiza a la juventud rural acceso a tierra, educación, formación técnica, proyectos productivos y apoyo integral para sostener la vida en el campo. También establece mecanismos de seguimiento a la inversión pública dirigida a jóvenes, con el fin de que los recursos lleguen de manera transparente y efectiva.
Al incorporarlas al Sistema Nacional de Reforma Agraria y Desarrollo Rural, la ley asegura que la juventud rural forme parte del núcleo de las decisiones sobre tierra y desarrollo rural en el país. En otras palabras, ya no se ve a las y los jóvenes como beneficiarios pasivos, sino como actores plenos de la política agraria.
¿Por qué es importante?
En Colombia, cerca de una cuarta parte de la juventud vive en zonas rurales, muchas veces en contextos de desigualdad, falta de oportunidades y violencia. Esta ley abre la posibilidad de revertir esa realidad al poner a las juventudes en el centro de las políticas agrarias.
Además, responde a un desafío estratégico: si las y los jóvenes no encuentran un futuro en el campo, el éxodo hacia las ciudades seguirá creciendo, con efectos negativos sobre la soberanía alimentaria y la gobernanza inclusiva de la tierra. Reconocer sus derechos es, en el fondo, apostar por el futuro del país.
Una ley construida con la juventud y desde los territorios
Este avance es fruto de un amplio camino de movilización y construcción colectiva, en el que diversas organizaciones juveniles han insistido en que sus voces y derechos sean reconocidos.
También se vincula a procesos globales que colocan a la juventud en el centro de la agenda por la tierra, mostrando que las agendas juveniles pueden incidir en decisiones de alto nivel. Durante el Foro Global de la Tierra de Juventudes (GLFY), realizado en Ocaña, Colombia el pasado junio, jóvenes de diferentes países destacaron la urgencia de garantizar acceso a la tierra, participación y oportunidades de desarrollo. El Foro propició la articulación entre diversas organizaciones juveniles rurales, que ahora están vinculadas al proceso de diálogo sobre el diseño del mecanismo de participación que impulsa el Ministerio.
Jóvenes de diversas organizaciones participando en el Foro Global de la Tierra de Juventudes (GLFY) en Colombia
De igual forma, en los objetivos políticos trazados en el marco del Foro Global de la Tierra, se subrayó la importancia de abrir espacio a las juventudes en las agendas de gobernanza de la tierra y de impulsar un programa especial de acceso a tierras para jóvenes rurales. La aprobación de la ley se enmarca en esa dirección, mostrando que las demandas planteadas desde estos espacios pueden contribuir a cambios concretos en la política pública.
El reto que viene
La aprobación de la Ley 2539 es un gran logro a celebrar. El desafío ahora es que se traduzca en transformaciones reales en los territorios, con presupuestos adecuados y participación activa de la juventud en su reglamentación e implementación.
Para abordar ese desafío, la CNT Colombia , junto con FAO y organizaciones de jóvenes rurales como YPARD, la MEERJ , ASOJE y la Red de Jóvenes del Catatumbo, se encuentran dialogando con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural brindando aportes para que la implementación de la ley sea representativa e inclusiva, y para que la juventud rural esté representada en la Conferencia de Reforma Agraria de 2026. Porque construir una reforma agraria justa y sostenible no es posible sin las juventudes.
*La Ley 2539 de 2025 fue sancionada el 27 de agosto.