Miembros de la Plataforma Semiáridos América Latina y de la organización mexicana Isla Urbana participaron de un intercambio en el que pudieron conocer experiencias de agricultura familiar, y de almacenamiento y reutilización de agua.
Realizado entre los días 22 y 23 de noviembre, este intercambio propuso recorrer las ciudades de Surubim, Santa María de Cambucá y Recife, para que las y los participantes que viajaron desde Argentina, México, Colombia y El Salvador pudieran conocer de cerca el trabajo que el Centro Sabiá desarrolla con las familias agricultoras del estado de Pernambuco.
ESTA INICIATIVA BUSCÓ ACERCAR LAS ACCIONES PROMOVIDAS POR MIEMBROS DE LA PLATAFORMA SEMIÁRIDOS E ISLA URBANA, PARA POTENCIAR SINERGIAS Y APRENDIZAJES MUTUOS SOBRE CAPTACIÓN DE AGUA DE LLUVIA Y OTRAS TECNOLOGÍAS.
Así, este intercambio promovido por el Servicio Mundial de Iglesias (CWS) y el Centro Sabiá, y del que participaron integrantes de la Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz (FUNDAPAZ), Isla Urbana, y la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE), permitió conocer distintas experiencias e intercambiar con quienes las llevan adelante, para despejar dudas y conocer nuevas prácticas, que puede ser replicadas en sus regiones.

La Feria Agroecológica de Surubim fue el primer punto de encuentro entre visitantes, familias agricultoras y consumidores que buscan alimentos frescos y producidos sin veneno. La feria es fruto del trabajo del Centro Sabiá junto con organizaciones aliadas de la región, resultado de un proceso político y organizativo que dio más autonomía a las familias agricultoras y creó condiciones que permitieron gestionar el espacio y garantizar apoyo con la administración municipal.
El grupo también conoció la propiedad rural de Doña Marinalva, agricultora del municipio de Santa María de Cambucá, donde tuvieron la oportunidad de saber más sobre los procesos de almacenamiento y reutilización de agua a partir de las tecnologías sociales. Entre ellas se encuentran las cisternas de primera y segunda agua, que captan agua de la lluvia para consumo humano y para producción de alimentos, respectivamente. También se utiliza el sistema de reutilización de aguas grises, que elimina las impurezas del agua que sale del tanque de lavar platos y del baño, y que sólo sirven para la producción.
“Antes el sufrimiento era grande, porque nadie tenía agua, nadie plantaba, nadie criaba animales” recuerda Doña Marinalva, y afirma que “tener acceso al agua es un proyecto de vida muy bueno, porque tenemos agua para tomar, para dar a los animales, para regar las plantas y para lavar ropa. El mejor proyecto que inventaron en Brasil fue este de las cisternas. Sin agua no vivimos”.
En la sede de la Asociación Cambucá, el grupo pudo aprender sobre las formas de organización colectiva para enfrentar situaciones de sequía, y también sobre el método de producción de la cajuína, una bebida de caju, fruto abundante en Santa María de Cambucá.
Asimismo, la delegación visitó la Huerta Popular Agroecológica Dandara, iniciativa que inició en el 2020, en un momento crítico por la pandemia de COVID-19. En un país donde más de 33 millones de personas pasan hambre, la huerta se creó con el objetivo de producir alimentos libres de veneno y plantas medicinales para que familias de la comunidad puedan reducir los impactos de la desigualdad social, sobre todo de inseguridad alimentaria.
De acuerdo con Davi Vargas, presidente de Isla Urbana, lo más interesante fue conocer mejor el programa 1 Millón de Cisternas, las cuales fueron integradas a un paquete agroforestal para solucionar la problemática del agua e integrar componentes agroecológicos. “Esa es una solución integral y súper interesante. Tengo mucho por reflexionar y pensar cómo podemos replicarla en México”.
Para él, el próximo paso es poner en agenda la importancia de apoyar las zonas semiáridas en México a partir de la experiencia que tuvieron en el intercambio junto con la Plataforma Semiáridos, para realmente contar con soluciones que puedan contribuir en la lucha contra el cambio climático, las sequías y la sobreexplotación de acuíferos.