Tras años de lucha del movimiento campesino, Colombia finalmente comienza a saldar con el campesinado una deuda histórica. Con 149 votos a favor, el Congreso de la República aprobó el reconocimiento del Campesinado como Sujeto Político de Derechos. Un avance crucial.
Por unanimidad, la plenaria de la Cámara aprobó la modificación del artículo 64 de la Constitución Política, reconociendo así al campesinado como Sujeto de Derechos y de Especial Protección. Con esta modificación, se reafirma que el Estado colombiano deberá garantizar sus derechos individuales y colectivos, proteger su relación con la tierra basada en la producción de alimentos y sus territorialidades propias y promover su participación reforzada.
En Colombia casi un tercio de la población se reconoce como campesina. Luego de haber sido desplazados de sus territorios y estigmatizados por sectores políticos y económicos, la modificación lograda es un avance significativo para el movimiento campesino, que viene trabajando para que su identidad cultural y política, su derecho a la tierra y al territorio, y su rol fundamental en la protección y cuidado de la naturaleza sean vistos como derechos.
Javier Medina, facilitador de la Coalición Nacional por la Tierra en Colombia señala que la aprobación por el Congreso de la República fue recibida con entusiasmo por parte de diversas voces, que subrayaron la importancia de garantizar los derechos políticos, culturales y territoriales del campesinado. Entre dichas voces se destaca la del presidente, Gustavo Petro, quien el pasado 20 de julio en la instalación del periodo legislativo manifestó que con la reforma constitucional se estaba “saldando una gran injusticia histórica”.
Hacia adelante
El reconocimiento del campesinado como sujeto de derechos y de especial protección constitucional representa un avance significativo en la lucha por reconocer y proteger sus derechos en Colombia. Sin embargo, para Javier, aún quedan desafíos para lograr una transformación que dé respuesta a las necesidades y aspiraciones de las comunidades campesinas del país.
Por ejemplo, Colombia sigue siendo uno de los países con mayor concentración de la tierra en pocas manos.
"El actual gobierno se ha comprometido con una reforma agraria que redistribuya la tierra y que amplíe el acceso a bienes públicos, crédito y subsidios que fortalezcan la producción de alimentos. En este camino, el territorio y la territorialidad campesina son aspectos fundamentales para el reconocimiento de los derechos del campesinado" explica Javier, y agrega "La inclusión de estas dimensiones en la legislación permitiría reconocer la cultura, la producción y la subsistencia campesina, diferenciándola de la lógica de lucro capitalista que ha afectado a estos territorios. Igualmente, promover la participación efectiva de las organizaciones campesinas, y de las mujeres campesinas, a todo nivel territorial".